La conducción de agua de un sitio a
otro por obra de la mano humana es tan antigua como el hombre mismo, sin el
vital líquido las civilizaciones antiguas no hubiesen florecido con ese
esplendor y magnitud de lo cual existen evidencias. Al margen de ello, en la
historia de las grandes y nacientes civilizaciones como Ur o Huruk, Catal Huyuk
e incluso Egipto, éstas han florecido en los márgenes de importantes ríos o
corrientes de agua.
El hombre bajo la experiencia de la
sobrevivencia empezó a conducir de manera especial el agua para llevarla a
nuevos espacios o receptáculos, en este orden de ideas concibió estrategias
para manejar grandes volúmenes y fuerza del agua a través de sistemas
hidráulicos, en primer término canales abiertos de agua, para más adelante
conducirla a través de tuberías de todo tipo de material.
Desde la llegada de los españoles se
trajo esa experiencia en la conducción de agua, la tecnología implantada en
aquella época permitió sobre todo en el centro del país la edificación de
grandes inmuebles especiales para el abastecimiento de agua desde grandes
distancias, esto no fue impedimento para que el vital líquido fuera conducido a
través de esto edificios de piedra labrada, trabajando un sistema a base de
gravedad y sifones a la usanza romana.
En la tipología de la Nueva España, el
acueducto generalmente era iniciado a partir de nacimientos de agua dulce,
recorría largos trechos y entre cortas distancias había depósitos o tomas de
agua, ya sea para abastecer de agua potable o de riego en campo. Al final de
acueducto, éste generalmente remataba en las conocidas cajas de agua, fuentes o
bien, dentro del complejo de haciendas llegaba hasta el sistema de la rueda
hidráulica, al cuarto de la molienda o trapiche para impulsar la maquinaria;
Ello no sin antes haber alimentado los establos, la cocina, patios y jardines.
Además de la función sustancial del
acueducto como sistema hidráulico, la tipología de acueductos en el Estado de
Morelos es excepcional; el material con que el canal estaba edificado era la
piedra labrada que junto con la argamasa de cal bajo un diseño a base de
distintos tipos de arcos redunda en la gran diversidad tipológica que se
muestra como ejemplo en esta publicación.
Les invitamos a conocer
nuestra diversidad tipológica de acueductos Morelenses en la muestra que aquí
se documenta, no queda más que agregar que es responsabilidad de todos
preservar nuestro patrimonio edificado después de haberlo reconocido.
Cuerpo Académico en “Gestión
del Patrimonio Cultural y Turístico”.
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL
ESTADO DE MORELOS
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